jueves, 30 de agosto de 2012

Cenizas

Diario de León, Ana Gaitero, 26/8/2012.- El intento de Rajoy de suprimir las juntas vecinales es incendiario y devastador. ojalá lo retire a tiempo de evitar una catástrofe. La vida merodea entre las cenizas. El corzo, perdido en el bosque calcinado, busca su comida, una salida. Una respuesta a la desolación. No se desespera, aunque huele la catástrofe y la pisa con cuidado. Luego corre con el ánimo de encontrar de nuevo su hábitat al otro lado de lo que se llevó el fuego. Diez mil hectáreas de tragedia.

Con la misma esperanza que el animal confía en la naturaleza, las gentes de Tabuyo, que han visto arder sus proyectos de vida sostenible en apenas unas horas, miran hacia el pinar negro. Dispuestas a volver a empezar para recuperar lo que con tanta ilusión y trabajo iniciaron y también para dejar el legado que recibieron a sus nietos, Se muestran como personas onfiadas en su capacidad para salir adelante sin mendigar, pero conscientes de que el pinar, capaz de autorregenerarse por su peculiar adaptación al fuego, necesita ayuda.

El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, puso el nombre al mayor incendio que se ha visto en la Comunidad: Tragedia. Ahora falta que se ocupe de ayudar a paliar la catástrofe. Que no nos distraiga su consejero de Medio Ambiente, Antonio Silván, con debates sobre la eficacia del ‘operativo’ y la maldad de los pirómanos y el castigo que merecen. Hasta ahí estamos de acuerdo.

La dignidad de los pueblos

Las gentes del Teleno han dado una lección de dignidad en medio del desastre. Reclamaron su capacidad para actuar y pusieron en valor la cordura de los pueblos, esa sabiduría de quien patea el monte, ha visto crecer los árboles y ama el bosque porque el bosque es oxígeno para las ciudades y fuente de vida para los pueblos. Con la firmeza de quien sabe que el monte es suyo y no de entes lejanos y alejados de la gente. Con el agradecimiento de todo lo que el bosque les ha dado.

Ahora tienen que empezar las tareas de recuperación del pinar. Y la Junta de Castilla y León, la Consejería de Medio Ambiente, tienen mucho tajo. Es hora de que escuchen a los pueblos y a sus gentes. Hace falta humildad y generosidad política ante la tragedia. Estas cualidades no abundan en los tiempos en que todo vale bajo la excusa del presunto ahorro. Para muestra, la cruzada de Rajoy contra las juntas vecinales.

Incendiario

Es un proyecto incendiario y devastador para el mundo rural que acabaría con las pocas pero serias expectativas de desarrollo rural sostenible y con una de las pocas expresiones de democracia directa que pervive en nuestro sistema político.

En Tabuyo no se trata de reforestar y en los pueblos no hace falta el telegobierno, el dirigismo caciquil. La vida se agazapa bajo los pinos heridos de muerte y los pueblos tienen derecho a conservar su voz. Mientras las llamas devoraban el pinar, ecosistemas completos, sus piñas saltaban por los aires en un acto de suprema supervivencia para dejar la semilla en la tierra abrasada.

Así ha sido durante miles de años en el pinar de Tabuyo. Así es el pinus pinaster, un bosque autóctono adaptado al fuego porque está a los pies del Teleno, un lugar donde las tormentas son frecuentes y el rayo ha sido la mecha de muchos de los incendios que ha sufrido, aunque no de los más graves, como el que se inició el domingo en la muga con la provincia de Zamora. Ni tampoco el gran fuego de 1998, casi 4.000 hectáreas arrasadas, provocado por unas maniobras militares.

Humareda apocalíptica

El viento trajo a León la humareda apocalíptica. Las cenizas que se posaron sobre la ropa recién tendida, en los tejados, en las hojas del geranio de flores rosa parecían escarcha o polvo de estrellas. Fue un día de verano lúgubre, más triste que cuando llueve en otoño. La nube negra apagó el sol mientras el viento repartía por el campo y la ciudad el corazón del bosque hecho trizas.


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